El Instituto Christensen, entidad sin ánimo de lucro con oficinas en Boston y compuesto por un grupo de expertos fundamentados en las teorías de Clayton Christensen -catedrático de la escuela de negocios de Harvard y autor del aclamado libro “The Innovator’s Dilemma”- ha demostrado que los principios de disrupción pueden ser beneficiosos para las áreas de la sociedad, incluida la atención médica, la educación y el crecimiento económico. Pero ¿qué es la innovación disruptiva? Desde el Instituto Christensen la definen como: aquellos procesos por los cuales un producto o servicio que inicialmente se arraiga en simples aplicaciones en la base de un mercado, generalmente por presentar menores costes y ser más accesible, y posteriormente escala posiciones en el mercado de manera incesantemente, desplazando a los competidores ya establecidos.
¿Qué hace que una innovación disruptiva exitosa? Tal y como lo describe el Instituto Christensen, el hecho de que una innovación disruptiva sea exitosa se sustenta en 3 pilares:
Invención o innovación que hace que un producto sea más asequible y accesible para una población más amplia.
Nuevos modelos de negocio que se dirigen a los no consumidores (nuevos clientes que anteriormente no compraron productos o servicios en un mercado determinado) o consumidores de productos de bajo coste (los clientes menos rentables).
Una red en la cual los proveedores, socios, distribuidores y clientes mejoran sus condiciones cuando la tecnología disruptiva prospera.
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