¿Somos conscientes de todo lo que sucede a nuestro alrededor? ¿Entendemos que minuto a minuto están pasando millones de cosas que podrían afectarnos en algún momento? Vivimos en un mundo hiperconectado en el que el acceso y la publicación de información de todo tipo, presenta cada vez menos barreras a todos los niveles.
Sólo por hacernos una idea, según un estudio realizado por Smartinsights.com, en 2017, cada 60 segundos en internet:
¿Estamos preparados para esto? Y será que… ¿las organizaciones tienen claro este panorama?
En estos momentos, vivimos en un constante campo de batalla, dónde cada día desaparecen empresas que no hace mucho eran exitosas, y como dijo Federico I el grande, de Prusia “Se puede perdonar el ser derrotado, pero nunca ser sorprendido”. En esta misma línea, las organizaciones de hoy, si no quieren llegar a ser sorprendidas en el mañana por nuevos competidores, nuevas tecnologías y productos sustitutos, que puedan poner el peligro su estabilidad en el mercado, deberán ser capaces de captar las señales del entorno y disponer de los medios necesarios para interpretar lo que sucede, anticipando su toma decisiones, a través del desarrollo de un proceso sistemático denominado INTELIGENCIA ESTRATÉGICA.
“La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes”
Peter Drucker
El concepto y beneficios de la Inteligencia Estratégica
La Inteligencia Estratégica, aunque no cuenta como tal con un concepto académico orientado a la administración y negocios, puede ser concebida a partir de la integración de tres amplios conceptos: Vigilancia Tecnológica, Inteligencia Competitiva y Planeación Estratégica. Realizaremos una aproximación a cada uno de ellos de manera independiente para luego integrarlos en una definición de Inteligencia Estratégica, con el fin de empezar a vislumbrar por qué es una palanca impulsora para la innovación y competitividad en las organizaciones.
La Inteligencia Estratégica se nutre de las tres anteriores definiciones, para estructurar e implementar un proceso sistemático que permita a las organizaciones:
Las organizaciones deben comprender que no pueden ceñir su futuro a una fotografía estática que definieron años atrás… más cuando nos encontramos en un entorno tan altamente cambiante, que puede de un momento a otro obligarnos a realizar un giro de 180°. La Inteligencia Estratégica, les permitirá alcanzar un mayor posicionamiento, lograr su sostenibilidad, disminuir el riesgo, potenciar la innovación y anticiparse a los cambios.
“Con el rápido avance de la tecnología y la necesidad de desarrollar nuevos productos y servicios para ponerlos rápidamente en el mercado, tener una persona o una oficina de planeación que realmente piense qué sucederá a largo plazo, no es un lujo, es una necesidad”
Brian David Johnson, former futurist, Intel.
Y ahora que entendemos por qué la Inteligencia Estratégica es una palanca impulsora de la innovación y competitividad en las organizaciones, ¿cómo podemos empezar?
Deberemos realizar un itinerario adaptado a cada organización para la implementación de un modelo de Inteligencia Estratégica, con las siguientes etapas:
7. Analizar desviaciones y realizar ajustes al proceso: identificar oportunidades de mejora y adaptar el proceso en caso de que se requiera.
Implementar un modelo de Inteligencia Estratégica, es una gran oportunidad, que requiere de un alto compromiso y dedicación para potenciar las capacidades actuales de una organización y orientarla hacia nuevas oportunidades que no ha identificado, y de igual manera, podría “salvarla” de seguir caminando por un camino, que posiblemente podrá llevarla a un objetivo fallido.
Muchas organizaciones aún están en proceso de reconocer el valor de la implementación de un modelo de Inteligencia Estratégica dentro de sus estrategias de innovación, pero deberían saber que contar con uno, diseñado a su medida, les permitiría:
No sobra recalcar la importancia de desarrollar ejercicios de Inteligencia Estratégica en los procesos de planificación de las Compras Públicas Innovación – CPI. Las administraciones públicas, están obligadas a pensar los servicios y tecnologías del mañana, que les permitan incrementar la calidad de vida de sus ciudadanos, para lo cual, podrán aprovechar los beneficios de la CPI y la Inteligencia Estratégica, como palancas para impulsar la innovación y el desarrollo de ciudades y territorios.
¡Invitamos a todas las Organizaciones a interiorizar el valor de la Inteligencia Estratégica y a sumarse a este gran reto, que no dudamos traerá grandes oportunidades y cambios!
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Articulo por:
Liliana Delgado Arias.
Directora de proyectos de competitividad e innovación.
liliana.delgado@idom.com